Skip navigation.
Home

Ante las injusticias internacionales, solidaridad mundial

política | valor aprobado

Ningún gobierno tiene derecho a decidir la aplicación de represalias contra quienes designe como enemigos de la justicia internacional. Todos los gobiernos tienen la obligación de contribuir a la promoción de la solidaridad mundial, que es el principal garante de la paz.

Cuando en una crisis internacional un gobierno o coalición de aliados inicia represalias militares bajo la bandera de la Justicia comete como mínimo tres errores: saltarse los organismos internacionales de mediación de conflictos, incrementar la escalada de tensión mundial y cometer nuevas injusticias con la aplicación de su "castigo".

La verdadera resolución de conflictos pasa necesariamente por el análisis de sus causas y la estructuración de las acciones internacionales de solidaridad necesarias para el logro de un compromiso de paz entre todos los afectados.

Actualmente, y a falta de mejores alternativas, el mejor organismo a través del cual se deben canalizar estos análisis y acciones es la Organización de Naciones Unidas. Cualquier agresión de un estado o coalición de estados a otro y otros estados saltándose la ONU está inautorizada.

Esto por lo que respecta al diálogo entre gobiernos. Pero además hay ámbitos de acción igualmente importantes que la sociedad civil puede articular a nivel asociativo o individual.

Es lícita y necesaria la presión de las sociedades hacia sus respectivos gobernantes para que adopten estrategias internacionales acordes con la voluntad mayoritaria, especialmente cuando estas estrategias se apartan del camino de la paz, que es el camino que por defecto debe seguir cualquier gobierno.

En casos más extremos, en los que un gobierno se embarca en un conflicto internacional al margen de las resoluciones de la ONU, el incremento de la presión social para mantenerse en el ámbito de la paz es previsible y justificado.

En este contexto son plenamente comprensibles las estrategias de desobediencia civil, recomendables especialmente a aquellas personas y organizaciones directamente implicadas en una estrategia de guerra: militares, funcionarios, empresas de abastecimiento a las fuerzas armadas, medios de comunicación (siempre presionados por el gobierno en este tipo de siuaciones), etc.