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La libertad se fundamenta en la ética, la autodeterminación y la responsabilidad

sociedad

La libertad que no está sujeta a nada es ficticia, retórica. Para ejercer plenamente nuestra libertad necesitamos unos valores propios, conocimiento de causa, posibilidad de elección, voluntad de acción, previsión de consecuencias y responsabilización de nuestros actos.

La libertad individual es la piedra maestra con la que se construyen todos los derechos y libertades mediante los cuales se articulan las sociedades. De ahí que sea importante para toda sociedad el tener una idea común de libertad individual.

A nivel de lenguaje parece que lo lógico es que la libertad no tiene condicionante ni limitación alguna: si se sujeta a la libertad ésta ya no es libre. Sin embargo, un análisis más profundo nos lleva a entender que precisamente para que la libertad sea plena necesita estar ligada a ciertos condicionantes:

- Ética: el individuo que pretende ejercer su libertad debe tener unos valores éticos asumidos. Éstos le dan un referente en su contexto social, en su relación con los demás. El ejercicio de nuestra libertad no condiciona los derechos y libertades de nuestro entorno social y en la Naturaleza. Quien ejerciendo su libertad falta a sus propios principios éticos y, por consiguiente, afecta a los derechos y libertades de su entorno, posiblemente acabará obteniendo la resistencia de su entorno y la limitación de sus libertades.

- Autodeterminación: es decir la propia voluntad de acción. No puede ejercerse la libertad cuando no se tiene voluntad propia. La autodeterminación está a su vez compuesta de varios factores:

  • Conocimiento de causa: si no conocemos no somos libres porque ignoramos cuáles son nuestras posibilidades y limitaciones. El conocimiento nos hace libres, la desinformación es una estrategia básica de control social.
  • Posibilidad de elección: si no podemos escoger no somos libres. Por ejemplo, no somos libres de abrazar la Luna ni de volver al pasado. Los códigos penales se basan en buena parte en la limitación de las posibilidades de elección de los presos que cumplen pena. El tratar de convencer de que "no hay elección" es una estrategia básica de control social.
  • Voluntad de acción: si no hay voluntad no hay libertad, y en cambio cuando la voluntad es fuerte se necesita mucha más fuerza para limitar una libertad. Existen múltiples estrategias de control individual y social que se basan en la limitación o anulación de la voluntad propia mediante ataques psicológicos (el miedo, la persuasión, la publicidad, el consumismo...) o fisiológicos (principalmente la drogadicción en sus múltiples variantes).
  • Previsión de consecuencias: relacionada al factor de conocimiento mencionado antes. Una persona ejerce por completo su libertad cuando ha calculado qué consecuencias traerán sus actos. Actuar ignorándolos implica un margen menor de libertad porque queda la duda de si la persona hubiera actuado o no, así o asá, de haber sabido qué consecuencias traería su acción. Por ejemplo cuando conduciendo libremente a 120 km/h provocamos una accidente mortal. La desinformación y distracción sobre las consecuencias de nuestros actos es otra estrategia básica de manipulación y control social.

- Responsabilización de nuestros actos: última pieza clave en el ejercicio de la libertad. Si eludimos nuestras propias responsabilidades perjudicando a otros, no podemos esperar que esos otros respeten nuestros derechos y libertades. La baraja se rompe, impera la ley del más fuerte y todas las libertades quedan en entredicho. La impunidad de los poderosos, los fuertes, es la peor estrategia de control social que la Humanidad ha creado.