El ingenio es más poderoso que la violencia, si lo que queremos es cambiar el mundo. Evidentemente, con una broma no se consigue una revolución, pero quizás sí una evolución en el pensamiento de una persona o de una sociedad. La violencia siempre provoca una reacción opuesta y alimenta una creciente espiral de hostilidades. El humor identifica los absurdos y desajustes de la sociedad, para que tod@s puedan reír junt@s. Tod@s quieren al bufón de la corte, incluso el rey que sufre sus verdades.

A pesar de las censuras, cualquier actuación o creación realmente desternillante e ingeniosa acabará saliendo a la luz pública porque la risa es muy contagiosa. Algunos ejemplos:

• Los tartazos del Biotik Baking Brigade.
• El trabajo de cómicos críticos como Michael Moore o Leo Bassi.
• Campañas de ONG's como las de "Stop Esso" de Greenpeace o los "Juegos del Café" de Oxfam.
• Las declaraciones públicas de activistas polític@s con un buen sentido del humor: Mahatma Gandhi fue el más brillante ejemplo del siglo XX ("¿Qué opina de la civilización occidental?" le preguntaron. Él respondió, "Creo que sería una buena idea.")
• Páginas web satíricas como la parodia de la OMC del grupo The Yes Men.
• Las manifestaciones de espíritu carnavalesco, como las de Reclaim the Streets o la reciente marcha en Londres que culminó en el derribo de una estátua de George Bush (parodiando la caida de la de Saddam Hussein).
• Las fallas de Valencia y otros carnavales y fiestas que invierten las reglas sociales y permiten ridiculizar a los poderosos.
• Series de televisión como la difunta Caiga Quien Caiga, Monty Python's Flying Circus o Los Simpsons.
• Las viñetas de artistas gráficos como Quino, Forges, Idígoras y Pachi, El Roto, Mingote, Máximo, Gallego y Rey, Peridis, Ricardo y Nacho, Martín Morales, Ferreres, Nando y otros artistas gráficos.
• Las obras de autores satíricos, desde Quevedo y Cervantes a Jonathan Swift, Mark Twain, Michael Ende, Antoine de Saint-Exupery o Kurt Vonnegut.
• Las películas de Charles Chaplin, Luis Buñuel, Los Hermanos Coen, Terry Gilliam, los Monty Python o Alex de la Iglesia.
• Y por supuesto, los denuncios.