La Web Espiral   Por la Paz. ¿Qué piensan los políticos sobre la crisis del 11-S?
inicio - las preguntas - las respuestas - conclusiones - nuestras propuestas - ¿qué opinas? - enlaces








Nuestra Propuestas

Ampliado: ¿No a la guerra? ¡Sí a la paz!

Estamos de acuerdo en que la guerra no entra en el marco de espiral bajo justificación alguna. Criticamos la destrucción de la vida natural, promovemos la vida feliz y los diálogos. Ahora bien, estar contra la guerra no es suficiente. Diciendo 'NO A LA GUERRA' no promovemos la guerra, pero de allí a 'combatir' la guerra y promover la paz hay un trecho.

Al fin y al cabo ¿cuáles son las causas de los conflictos? Deben haber unos elementos básicos en todo comportamiento bélico. Aldous Huxley, quien vivió no pocas guerras, menciona en "La Filosofía Perenne" unos elementos. Puede que haya más, pero estos parecen casi imprescindibles para emprender una guerra:

La agitación, las prisas, la violencia. En contraposición a la reflexión, la calma, la serenidad. Ya lo vimos, la administración Bush mobilizó todo en pocas horas, Estados Unidos tomó decisiones en un par de días, cada gobierno fue forzado a posicionarse en pocos días más. Todo por las prisas. Medio año más tarde el objetivo principal que sirvió de argumento para iniciar la guerra no se ha cumplido. Incluso desde un punto de vista estratégico y militar, las prisas han sido muy caras y han servido de poco.

O sea, la paz se construye sobre la calma, la quietud, la reflexión. No hay guerra mientras hay serenidad.

La codicia, la acaparación, el egoísmo. En contraposición al desinterés en poseer lo ajeno, la generosidad compartiendo lo propio y el altruismo. Se ha visto que tras los móviles de terroristas legales e ilegales hay estrategias de control de poder político y de recursos económicos. Se relaciona a los terroristas con el demonio, pero los objetivos de fondo de los "salvadores" no son mucho más benéficos.

O sea, la paz se construye sobre el desapego al poder y las riquezas, la generosidad y el altruismo. No hay guerra mientras se comparte con bondad.

La superioridad, la arrogancia, el dominio. En contraposición a la simplicidad, el respeto y la emancipación. No es necesario insistir en este punto. Tanto Bush como Bin Laden se erigieron de buen principio como líderes portadores de la palabra y el brazo justiciero de Dios. Ni más ni menos. Antes de la escalada militar vino una escalada más vieja de arrogancia. Prepotencia y arrogancia incluso destruyendo uno de los países más débiles del planeta. Ni la ética justiciera de los niños ve bien que los mayores se ensañen con los peques.

O sea, la paz se garantiza con humildad, con respeto a los demás y con sociedades capaces de avanzar libremente y sin subyugar a nadie. No hay guerra impulsada por la humildad.

El odio, o simplemente la falta de amor. En contraposición al amor, así de simple. El odio es un posicionamiento extremo de la falta de amor, pero el desapego emocional, la frialdad, la insensibilidad también contribuyen al nacimiento y desarrollo de las guerras.

No hay guerra donde hay amor, ese es un principio compartido por cualquier humano desde la noche de los tiempos. Y el amor llega a sus cotas más altas cuando se combina con la serenidad, la generosidad y la humildad.

Todos estos conceptos son aplicables a todas las escalas, desde los gobiernos más poderosos a los ciudadanos más anónimos. Seguramente no es sencillo cambiar ni influir a corto plazo nuestros gobiernos para que sean serenos, generosos y humildes, para que estén cargados de amor. Pero sí podemos practicar nosotros con el ejemplo, para nosotros mismos, para nuestro entorno y para aquellas organizaciones de las que formamos parte y sí podemos influir.

Las 'sociedades desarrolladas' deberíamos dar ejemplo con reflexiones sabias, compartiendo nuestra abundancia, poniéndonos a disposición de quienes nos necesiten y sintiendo un inmenso amor por todos quienes nos han permitido y nos permiten considerarnos 'desarrollados'.

Y si no somos capaces de eso lo mejor es que dejemos de pensar que somos más desarrollados, y ni tan sólo 'desarrollados'. Es preferible que nos pongamos a recibir lecciones de serenidad, generosidad, humildad y amor por parte de las víctimas más castigadas por nuestro aparente desarrollo.

 

volver a nuestras propuestas


 
    Un proyecto de La Web Espiral - ¿Qué es espiral? - Contacta: [email protected] - Créditos